El portavoz parlamentario de Izquierda Unida, José Antonio Castro, se presentó el jueves en el Parlamento con una camiseta “republicana” de la selección española de fútbol con el morado como color base. Increíblemente, nadie le llamó la atención. No por los colores o el simbolismo o lo que él quiera que signifique esa zamarra, sino por la evidente falta de compostura en el vestir para penetrar en el sancta sanctórum de las leyes autonómicas. Sencillamente, al Parlamento no se puede ir con camiseta deportiva, del mismo modo que los futbolistas no juegan con traje y corbata. Toda liturgia –y el Parlamento lo es- exige sus ornamentos. Quien no esté dispuesto a entenderlo, mejor que no participe.
18/6/12
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