Sinopsis
Mediometraje documental en el que a través de testimonios de iluminación de la conciencia o experiencias cercanas a la muerte se invita a la conversión de los espectadores ante la inminencia de un gran aviso de proporciones siderales que supuestamente se basa en profecías contenidas en la Biblia y revelaciones particulares. Película del género apocalíptico, entendido en el sentido etimológico del término, como revelación y no catastrofista como solemos traducir.
¿Por qué ver ‘El gran aviso’?
- Por la fuerza de los testimonios en primera persona que relatan cuatro protagonistas de conversiones tumbativas: una chica de sólo 12 años durante una adoración en un campamento veraniego; el padre Rick Wedell, convertido y ordenado sacerdote a los 46 años tras una peregrinación a Medjugorje después de pasar dos horas y media en parada cardiorrespiratoria; Alan Ames, al que salvó un padrenuestro cuando luchaba a brazo partido con una presencia real del Maligno; y María de Himalaya, la enfermera bilbaina abortista y atea que se convirtió en Nepal tras entrar en una capilla de las Misioneras de la Caridad.
- Por el aire sobrenatural que impregna todo el metraje, aunque las recreaciones de los episodios vitales en que se vieron envueltos los cuatro personajes en los que se centra el relato deslucen un tanto, por efectistas y caricaturescos, la fuerza de sus palabras.
- Por la fuerte llamada a la conversión individual que aletea en la cinta, como una revisitación del ejercicio piadoso de los Novísimos (muerte, juicio, infierno, gloria) ‘predicado’ a miles de espectadores a la vez en pantalla grande.
- Por la apelación al combate espiritual que vivieron grandes santos, entre los que se cita al jesuita Edmundo Campion (martirizado en Inglaterra en 1581 por no abjurar de su obediencia a Roma durante la persecución de los católicos) o a la mística polaca Santa Faustina Kowalska y sus anuncios de un momento de conversión universal antes de la parusía.
Para pensar
- La película parte de un libro, ‘The Warning’, de la escritora Christine Watkins, que se confesaba atea y anticatólica antes de bautizarse, en el que se sugiere un cataclismo astronómico que evidenciará como un signo la necesidad de conversión individual antes de la venida del Resucitado en gloria y majestad.
- La revisión de la ‘caída del caballo’ de Saulo de Tarso como ese fenómeno místico en el que la persona contempla su vida entera, con su pecado, tal como si estuviera en el juicio particular que aguarda a cada alma, según la doctrina de la Iglesia.
- La recomendación vehemente por parte del padre Rick Wendell, sacerdote en Milwaukee (WI, Estados Unidos), para una confesión general de vida como forma de prepararse ante la inminencia de ese gran aviso del que se nos habla en la cinta. Nunca está de más.
- La insistencia en que estamos en puertas de una nueva era se sustenta en argumentos un tanto débiles como la sucesión de conflictos armados (ilustrado con imágenes del ataque de Hamás a Israel) y catástrofes naturales que jalonan el momento presente de la Humanidad pero de los que resulta muy aventurado colegir ese gran signo astronómico inminente.
- El poder de la gracia es el que ilumina el pecado personal sin mérito alguno por parte del penitente más que ponerse en disposición con un buen examen de conciencia. En los cuatro testimonios del documental, ese poder sobrenatural se hace muy evidente sin merecimiento alguno de quienes tuvieron ese encuentro personal con el amor y la misericordia del Señor.


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