LLEGAN LOS DOS equipos disputándose la temporada, que en la mayoría de los casos dura cuatro años como mucho, casi igualados a puntos en la tabla y con aspiraciones de mandar en la liguilla particular que da vida a las respectivas aficiones por ver quién queda por encima de quién. La primera vez que se vieron las caras, el domingo 25 de marzo, el equipo favorito de Javier Arenas logró un empate a domicilio, que ya es decir, rompiendo así una racha de treinta años seguidos en los que sólo había cosechado derrota tras derrota (a cual más abultada) con algún descenso a Segunda División entre medias, cambios de entrenadores y fichajes a porrillo para recomponer la medular del once de gala.

Eso fue en la primera vuelta. Ahora, el partido tiene un claro favorito: un equipo por el que nadie daba un duro a comienzos de la campaña, después de la paliza que recibió al final de la temporada pasada, en mayo, y las malas vibraciones que transmitió en el compromiso más serio de cuantos disputó en la pretemporada, en noviembre pasado, con abultado tanteo en contra nunca antes visto.

Todo eso es historia y el equipo favorito de Griñán, un mediocampista lento y con poco temperamento que se parece en el juego a Ricardo ‘Soso’ Gallego, es el gran favorito para imponerse en este decisivo encuentro. Para ello, se ha reforzado con las incorporaciones de Diego Valderas y varios oriundos compatriotas del de Bollullos de marcado carácter defensivo para neutralizar el juego aéreo del poderoso conjunto rival, especialista en bombear balones y jugadas de estrategia a balón parado ensayadas en Madrid.

Los hinchas del equipo mejor clasificado saben que el empate de la primera vuelta no sirve de nada si quieren llegar a la Champions League de las autonomías que sintonizan con el Gobierno central, pero la más que probable renuncia de su jugador franquicia ha alterado los planes. Arenas, como Pep Guardiola, ya les ha dicho a los suyos que no seguirá: “Me he vaciado”, dijo resumiendo las cuatro últimas temporadas repletas de éxitos, expresión que después el técnico del Barcelona le copió sin el menor pudor.

Los medios informativos nacionales, siempre tan suyos en cuanto se acerca el derbi, se han prendado de Gordillo, un extremo izquierda que llegó con Valderas, pero al que el entrenador ha apartado del equipo por indisciplinado y falta de compromiso con el juego colectivo. En las gradas, la expectación es máxima. Los espectadores, que han pagado su entrada a precio de oro y más que las van a pagar, sólo aspiran a que se dispute un partido limpio sin polémicas arbitrales que desvirtúen el resultado como ha sucedido en la prórroga del derbi asturiano. Y que gane el mejor, que en este caso va a ser el Betis. ¿De qué creían que iba este artículo?

2/5/12