¿O es que las está reservando para más tarde, como en las bodas de Caná, que primero sirvieron el vino malo y después llegó el bueno? Porque de otro modo no se explica que un equipo que se ha pateado la ciudad durante cinco años aterrice en el Ayuntamiento tan escaso de proyectos que tenga que echar mano de los que dejaron en cartera sus archirivales: al final, las bandas de música se tienen que ir de los Bajos del Paseo Marqués del Contadero para hacer lo mismo que quería Monteseirín; y el Barranco se va a instalar el mismo mercado para sibaritas que pretendía Marchena; incluso se han lanzado a crear una corporación empresarial que reúna todas las empresas públicas municipales bajo el paraguas protector de Emasesa y contra la que se alzaron Soledad Becerril, Carmen Diz y Jaime Raynaud, todos ellos ‘conspicuos socialistas’. A ver si se les ocurre algo nuevo…

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