Cardo Máximo

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Piscina, asfalto y ventanas

LA CARA Y LA CRUZ en un mismo día: el bebé de 16 meses salvó la vida después de caer por una ventana abierta desde un cuarto piso en la barriada de El Cerezo y el bebé de nueve meses murió junto a sus padres en un accidente de tráfico al impactar el vehículo familiar contra un camión cisterna a las afueras de Marchena. ¿Es más peligrosa la carretera que una ventana sin cerrar?

La pregunta -hay que reconocerlo- no es original. Estaba en el libro ‘Freakonomics’ formulada de otra manera: ¿es más peligrosa una piscina o un arma de fuego? El Estado, que vela por los menores de edad, obliga a circular con dispositivos de retención para evitar daños a los pequeños, es cierto. Pero no estipula nada sobre mecanismos que evitaran caídas desde los pisos donde viven niños.

Un simple vistazo estadístico deshará el malentendido: en 2009, última anualidad para la que existen datos fehacientes, murieron en Andalucía diez niños menores de nueve años en accidentes de tráfico (incluidos peatones y ciclistas) y cuatro por caídas accidentales. Entre 1 y 4 años (la edad crítica en que los niños aprenden a andar y carecen de noción de peligro en las alturas), hubo más muertes por caídas que en el asfalto, si bien las cifras son tan pequeñas que no cabe extrapolar conclusiones.

Si se examinan los datos nacionales, los niños menores de 9 años muertos en accidentes de tráfico fueron 52, cuando se precipitaron mortalmente al vacío 17. Pero acechan más peligros. Ese mismo año, en toda España murieron 36 niños por ahogamiento, sumersión o sofocación accidentales. ¿Hay alguna legislación sobre vallado de piscinas particulares?

En números redondos, la suma de precipitados al vacío y ahogados supera a los fallecidos en el asfalto tanto en Andalucía como en España. Por usar los datos de 2009, 495 personas se dejaron la vida en las carreteras andaluzas mientras que 304 personas cayeron mortalmente al vacío y 251 más murieron ahogadas. ¿Se impone algún carné de bañista para poder disfrutar de la playa, por ejemplo?

El esfuerzo de la Administración se ha dirigido en los últimos años a reducir las víctimas mortales en los accidentes de tráfico, pero hay otros grupos de muertes accidentales que merecerían también atención. Las carreteras vieron morir a 2.588 personas y la cifra mengua cada año afortunadamente. Pero 2.292 murieron ahogadas y 1.920 al caer por un desnivel, lo que hace un total de 4.212 fallecidos en 2009 por estas dos causas. ¿Somos conscientes de estos otros riesgos?

javier.rubio@elmundo.es

6/9/11


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