El protagonismo semanal lo ha vuelto a reclamar el concejal de Economía y etcétera, Gregorio Serrano, a vueltas con la inauguración del nuevo auditorio de Fibes, uno de esos arcanos llenos de misterio cuya solución, en el fondo, nadie conoce aunque toque pagar la factura antes o después. Serrano, que es el concejal de Zoido Alcalde que más se ha prodigado en este mes ante los micrófonos, ha calcado el discurso de sus antecesores en el cargo: prometer grandes eventos sin concretar la fecha de apertura.
No parece que hayamos avanzado mucho al respecto. Pero al equipo de gobierno de Zoido le queda por delante mucha tarea para conseguir torcer el rumbo de la ciudad, a la que lleva la inercia, si quiere que a la vuelta de las vacaciones los sevillanos empiecen a percibir el cambio prometido en el Ayuntamiento y por el que votaron mayoritariamente en las urnas el 22 de mayo. Estos son algunas de las asignaturas pendientes de las que el equipo de gobierno municipal tiene que examinarse en septiembre:
-Fibes: Zoido se comprometió al marcarla como una de sus prioridades. Lo cual ya es llamativo después de un retraso de un lustro en la conclusión de los trabajos de ampliación del palacio de congresos. Tan ambicioso se quiso hacer que ahora hay un descuadre entre la obra ejecutada y lo que estaba previsto. ¿Error de cálculo de los proyectistas, exceso de celo de la constructora, fallo garrafal de la dirección de obra? Sea lo que fuera, ahí sigue Fibes sin fecha inaugural y sin poder venderse en los circuitos internacionales del turismo de congresos. A este paso, 2012 se perderá también como se ha perdido 2011.
-Ikea: Se ha convertido en la gran cuestión municipal del nuevo momento. El empeño de Zoido de aparecer como paladín del empleo y la recuperación económica lo ha llevado a meterse de lleno en un zarzal de recalificación urbanística, negociación con los promotores y autorización de la Junta de Andalucía del que no va a salir sin rasguños, sea cual sea la determinación que tome.
-Torre Pelli: El compromiso del alcalde es revisar papel por papel la licencia de obras que permite añadir un nuevo piso al rascacielos cada quincena, aproximadamente. Para ello, hay que volver a examinar el expediente en una Gerencia de Urbanismo dirigida por un ex alto directivo de Cajasol, la entidad promotora de la torre, de la que el Ayuntamiento de Sevilla tiene interés por el acuerdo espurio de última hora entre Monteseirín y Antonio Pulido. Ardua tarea.
-Plan Centro: En apariencia, lo más sencillo para Zoido: prometió eliminarlo y basta su firma al pie de una moción plenaria para revocar el enrevesadísimo sistema empleado para restringir el tránsito rodado en el centro de la ciudad. En realidad, el mecanismo nunca ha llegado a funcionar del todo a la perfección, tampoco se va a notar tanto: de hecho, los automovilistas ya han perdido la costumbre de circular por el centro de la ciudad, así que nadie lo va a echar de menos.
-‘Setas’ de la Encarnación: Cualquiera pensaría que una vez inauguradas y convertidas en icono urbano por el movimiento 15-M, poco o nada puede hacerse al respecto. Pero la factura de Sacyr por el peaje en la sombra para que los sevillanos suban gratis al mirador y otros pagos pendientes que vendrán va a echar leña al fuego de la indignación con una obra a la que no se le ve remate final en la factura.
-Túneles de la Palmera y del Tamarguillo: Están terminados, pero nadie puede circular por ellos. La fullería con que se ejecutó la obra, sin tener presupuesto para necesidades incontrovertibles como iluminación, señalización, revestimiento y bombeo de aguas pluviales, va a exigir un esfuerzo adicional de las arcas municipales para tenerlos listos a la vuelta de las vacaciones. Cada día que pase la obra terminada sin entrar en servicio, la indignación se irá traspasando del anterior al actual equipo de gobierno. Así de cruel es la herencia recibida en las administraciones públicas.
-Sede de Ranilla: Se le puede aplicar exactamente el párrafo anterior. El edificio de la jefatura de la Policía Local se ha demorado por cuestiones varias que ya no hacen al caso, ahora toca amueblar y abrir la sede administrativa cuanto antes. La ventaja sobre los túneles a medio hacer es que el ciudadano no siente la urgencia de ocupar las oficinas; a cambio, son los funcionarios municipales -cuerpo combativo donde los haya- los que van a empezar a presionar.
-Limpieza y seguridad: ¿Está más limpia la ciudad que antes del 11 de junio? ¿Atiende la Policía Local con más diligencia los avisos de los ciudadanos que hace un mes? Dos materias sensibles sobre las que gravita buena parte de la percepción generalizada del funcionamiento del consistorio. La reorganización interna de ambos servicios municipales es clave a la vuelta del verano.
javier.rubio@elmundo.es
18/7/11

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