SI YA ES atrevimiento tomar prestado el título de la genial novela de Eduardo Mendoza, lo que roza el disparate es que aquí un servidor se lance a indagar la conexión astral que está detrás de los sucesos que vienen aconteciendo en Sevilla en los últimos tiempos. Incluso esto podría tomarse en sí mismo como uno de los muchos prodigios que últimamente se suceden o quizá sea que el alcalde Monteseirín llevaba razón y al final no vamos a saber dónde acaba la astronomía y dónde empieza la astrología. Por ejemplo, por qué los nacidos en primavera tienen más propensión a padecer anorexia…
Pero a lo que íbamos. En apenas tres semanas, Sevilla ha visto cómo se frustraba la madrugada del Viernes Santo por primera vez desde 1933, cómo se indultaba un toro en la Maestranza también por vez primera desde 1946, y, por primera vez en su centenaria historia, cómo el Sevilla encajaba seis goles seguidos en su estadio. Si ya puede considerarse extraordinario un acontecimiento tomado por sí solo, ¿qué puede significar la coincidencia de estos hechos prodigiosos a caballo entre la segunda quincena de abril y la primera semana de mayo?
Los antiguos romanos habrían estado cavilando qué podría significar esa acumulación de hechos excepcionales y habrían ordenado una hecatombe para curarse en salud. Ahora somos más mirados y matamos los bueyes para filetearlos, pero seguimos sin saber si la presente concatenación de sorpresas puede tomarse como anticipo del futuro: ¿es posible deducir que el PSOE sevillano morderá el polvo en las urnas o, por el contrario, el candidato Espadas llegará a tiempo de movilizar a los suyos en el último minuto y salvar los muebles?
El oficio actual más parecido al de arúspice -los sabios que en la antigüedad eran capaces de prever el porvenir- es el de experto en encuestas electorales: un tipo capaz de desentrañar las vísceras de las gaviotas para asegurarle a Zoido que va a lograr el concejal decimoséptimo que ansía. Pero seguro que ninguno de estos pronosticadores es capaz de dar con la lectura correcta de estos hechos sobrenaturales que acaecen. El recurso a la estadística depararía unas probabilidades bajísimas de que estas tres circunstancias se hayan materializado en tan corto lapso de tiempo.
Y más aún, cuando se desencade el próximo prodigio que tiene por delante la ciudad: el Betis volviendo a Primera sin padecimientos al final de temporada. Eso va a ser lo más prodigioso del año.
javier.rubio@elmundo.es
10/5/11

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