Los veinte años del Teatro Maestranza y de la Real Orquesta Sinfónica han tenido suficiente relieve como para no pasar inadvertidos incluso más allá del circuito cultural de la ciudad. Un programa especial, suplementos en los periódicos, artículos de prensa han servido para glosar las dos décadas de ambas instituciones. Justo las mismas –y el mismo día, que para eso vino la Reina– que cumplió el 2 de mayo la estación de Santa Justa. Un automotor de cercanías que venía de Lora del Río fue el primer convoy en entrar bajo sus bóvedas a las 6.30 de la mañana de aquella jornada histórica para el urbanismo sevillano por cuanto supuso la desafectación de la estación de Plaza de Armas que –tampoco es plan de hacer aquí de Marinetti– no ha tenido quien la recuerde.