COMO EN LOS culebrones radiofónicos o en las series televisivas de los años 80, se impone un resumen de lo publicado para que el lector se haga cabal idea de dónde estamos y a dónde vamos en torno a las mangancias varias que afloran desde hace algún tiempo. Vamos a ello:
Tenemos a un ex delegado provincial de Empleo que va a sentarse en el banquillo de los acusados por inductor de un cohecho finalmente frustrado. Naturalmente que no es culpable -hasta que lo digan sus señorías-, pero a ninguno de sus antecesores en el cargo ni a ninguno de sus compañeros en el organigrama de la Junta de Andalucía le pide el fiscal una multa de 900.000 euros por la trama de las comisiones ilegales de Mercasevilla, sino a Antonio Rivas, que se mantuvo en el cargo diez meses después de saltar a la luz su implicación.
La cúpula directiva de la empresa pública Mercasevilla, director general y adjunto, Fernando Mellet y Daniel Ponce, acusada del mismo delito de cohecho e imputada en una causa ya instruida y otras dos más que siguen su curso. Dos responsables de la Gerencia Municipal de Urbanismo en diferentes etapas igualmente pendientes de declarar ante la juez por la venta de unos terrenos no al mejor postor sino a la empresa beneficiada por unas bases del concurso ciertamente sui generis.
Un ex director general de Trabajo también imputado, Javier Guerrero, que firmaba los expedientes de regulación de empleo que hiciera falta con los nombres que hiciera falta. Suya es la expresión de «fondo de reptiles» de la que después se ha desdicho torpe y tardíamente.
Un ex número dos del PSOE-A que se fue a su casa cuando se descubrió que una empresa ad hoc de su mujer obtenía fondos públicos para la formación de trabajadores en una cuantía muy superior a la trayectoria y experiencia de la compañía. De Rafael Velasco no hemos vuelto a saber desde entonces.
Y un ex consejero de Empleo hoy secretario provincial del PSOE en Sevilla al borde del ataque de nervios de quien sabemos no sólo que consintió los tejemanejes de quien era su subordinado en la Consejería sino que los alentó comprometiéndose de plano con una cooperativa agraria en la que figuraba una persona de su entorno más cercano y luego maniobró para conceder una subvención de forma arbitraria. José Antonio Viera tiene hoy un pie más cerca de la puerta de salida del PSOE que ayer, pero está más dentro que mañana.
javier.rubio@elmundo.es
25/2/11


Deja un comentario